MY FRIENDS
El domingo 18 de septiembre pasado descubrí que el tramo de la ruta 68 donde esta el Lago Peñuelas no es tan desagradable cuando uno va con el corazón contento. Que tampoco es necesario un gran asado cuando se esta con la familia y menos cuando se compartió un momento espectacular con los amigos que se extrañan tanto.
Pues si, el pasado 18 de septiembre no fue de mucha bulla ni de grandes celebraciones. Fuimos a la casa de mis suegros a cargasr pilas, bueno el Mauro fue a cargar pilas y a regalonear con sus papás que no veía hace tiempo (por lo menos 3 meses) y la Isi a reencontrarse con sus abuelitos que tanto la adoran. Después nos fuimos a la casa de nuestra gran amiga C, que estaba con su novio R. Nos esperaban con una gran sonrisa y un abrazo de bienvenida, pisco sour hecho por R, además de las conversaciones que parecieran retomarse desde la última vez. Hasta juguetes le tenían a la Isidora. ¿Cómo no estar felices? ¿acaso se necesitaba más? Tenemos grandes amigos que nos aceptan y quieren incluso ahora que no tenemos la libertad de antes para carretear. Nos quieren con nuestro pequeño bultito, es más a ella la quieren mucho y se preocupan. ¿Cómo no querer y añorar a nuestros amigos?
Lo mejor de todo es que no es necesario estar en un contacto permanente, es decir, de estar llamando todos los días o algo así, es suficiente con estar cuando es justo y necesario, cuando se requiere la presencia del otro, aunque sea para pelar a cierto "personaje" (aunque no lo queramos es un personaje), o simplemente para reirnos de viejas aventurillas del puerto.
AMIGOS LOS QUIERO MUCHO Y GRACIAS POR ESTAR!
Pues si, el pasado 18 de septiembre no fue de mucha bulla ni de grandes celebraciones. Fuimos a la casa de mis suegros a cargasr pilas, bueno el Mauro fue a cargar pilas y a regalonear con sus papás que no veía hace tiempo (por lo menos 3 meses) y la Isi a reencontrarse con sus abuelitos que tanto la adoran. Después nos fuimos a la casa de nuestra gran amiga C, que estaba con su novio R. Nos esperaban con una gran sonrisa y un abrazo de bienvenida, pisco sour hecho por R, además de las conversaciones que parecieran retomarse desde la última vez. Hasta juguetes le tenían a la Isidora. ¿Cómo no estar felices? ¿acaso se necesitaba más? Tenemos grandes amigos que nos aceptan y quieren incluso ahora que no tenemos la libertad de antes para carretear. Nos quieren con nuestro pequeño bultito, es más a ella la quieren mucho y se preocupan. ¿Cómo no querer y añorar a nuestros amigos?
Lo mejor de todo es que no es necesario estar en un contacto permanente, es decir, de estar llamando todos los días o algo así, es suficiente con estar cuando es justo y necesario, cuando se requiere la presencia del otro, aunque sea para pelar a cierto "personaje" (aunque no lo queramos es un personaje), o simplemente para reirnos de viejas aventurillas del puerto.
AMIGOS LOS QUIERO MUCHO Y GRACIAS POR ESTAR!